Mano a Mano con la Maquinaria Propagandística de Castro: Me Acusan Nuevamente
(For my Spanish-speaking friends, following is a translation of my post, "Mano a Mano With the Castro Propaganda Machine: I'm Denounced Yet Again!")
¡Santo Cielo! ¿Qué es eso? Mi novela de suspenso, Havana Queen, debe haber tocado un nervio sensitivo en La Habana. Por segunda vez en tres días, la maquinaria de propaganda de Castro me acusa de ser un agente de inteligencia cuyo libro está dirigido a "derrocar a la Revolución -, pero desde adentro."
Uh… "Desde dentro" sólo puede significar que Havana Queen, que describe un escenario relacionado con el fin del régimen de Castro, está circulando en el interior de Cuba. Y las rápidas y vociferantes diatribas contra mi modesta persona indican que los cubanos están leyendo el libro, probablemente en forma digital. Los regímenes dictatoriales simplemente no saben cómo hacer frente a la era digital. ¿Cómo pueden controlar la información cuando se propaga como el agua? Los jóvenes blogueros cubanos que critican el sistema lo han demostrado.
Bien, he aquí el párrafo de la última invectiva de El Heraldo Cubano contra el viejo y querido Tío Sam:
“Prueba de que mantienen una actividad similar, es la publicación del libro Havana Queen de James Louis Bruno, ex diplomático acreditado en Cuba en 1996, quien reconoce que era oficial de la Agencia de Inteligencia Militar”.
Dos correcciones, Heraldo Cubano (ya que sé que está celosamente comprometido a informar de la verdad y los hechos en lugar de insinuaciones e injurias): a) Yo no estaba en realidad "acreditado." Viajé en calidad de "TDY," terminología del gobierno equivalente a "servicio temporal”, "para ayudar a nuestra misión allí, y b) Sé que estoy malgastando mi tiempo aquí, pero mi breve paso por el Pentágono como un joven analista de inteligencia precedió mi posterior carrera diplomática en el Departamento de Estado. Además, en el gobierno de Estados Unidos no existe tal "Agencia de Inteligencia Militar". ¿De dónde sacaron eso? ¿Del mismo crisol de mentiras y falsedades en el que cocinan sus dimes y diretes?
En fin, me temo que estoy perdiendo vuestro interés, El Heraldo Cubano. Van de una tirada crítica completa contra mí a un simple golpe bajo en una crítica subsiguiente.
Les dije en mi última réplica que estoy apuntando a las Grandes Ligas: Granma! - El periódico del Partido Comunista de Cuba. ¿Qué pasa? Bien, bien. Me conformo con Trabajadores, Juventud Rebelde o cualquiera de los otros periodicuchos propagandísticos que los cubanos usan con fines de higiene personal.
Pero parece claro, a juzgar por los ataques en mi contra, que Havana Queen está empezando a causar agitación en los círculos oficiales cubanos. Para dar una idea de cuán subversiva es esta peligrosa Havana Queen, les presento una nuestra (Contengan los aplausos, por favor):
“Sangre en las calles. Disturbios. Escasez de alimentos. Los turistas no vienen. El mercado del azúcar está contraído. Disputas dentro del Partido y el Ejército”.
Su hermano se rascó la barba rala. “¿No me oyes? El mundo está al borde de una guerra nuclear. Cuba debe impedirlo. Estamos en una posición única. Todo el mundo nos respeta. Ellos escuchan lo que decimos. ¡Tenemos que actuar ahora!”
“Sí. Debemos hacerlo. Pero aquí. En casa. La revolución está en riesgo de derrumbarse”.
“¡Bah! ¡Tonterías! Hemos pasado por cosas peores. El fin de la Unión Soviética. La contrarrevolución en Europa del Este. Nuestro propio Período Especial. Sin mencionar la crisis de los misiles. Playa Girón. ¿Sangre? Hemos estado hasta las rodillas en la sangre. ¡Nuestra revolución sobrevivirá!” Su voz añeja se quebró.
El presidente se movió inquieto en su silla. “El mundo ha cambiado. Y está cambiando a un ritmo acelerado. Corremos el riesgo de quedarnos fuera. Si no cambiamos...” Hizo círculos en el aire con una mano extendida, buscando las palabras.
“Ya hicimos cambios. Tus cambios. Esas llamadas reformas. Te advertí que sólo podían estimular la conducta contrarrevolucionaria y reaccionaria. Y dejar que esos gusanos ‘disidentes’ salieran del país. Setenta y tres traidores más para agitar contra nosotros desde el extranjero. Propagan mentiras. Entonces, los turistas dejan de venir. Te lo advertí. Te lo advertí. ¿Qué pasó con socialismo o muerte? Tenemos que volver a nuestras raíces. ¡Permanecer fieles a nuestra causa!”
El presidente bajó la cabeza mientras hacía círculos con los pulgares. “Hemos pasado por todo esto antes.”
“Sí, verdad. Siempre fuiste el débil, a pesar de tu apodo de “El Terrible”.
“Eso no es cierto. Nuestro padre concentró su atención en ti. Tú eras su favorito. Sin mí, esta revolución habría terminado en la cuneta hace mucho tiempo. Sin mí, esta revolución se habría hundido con el Granma en el Golfo de México”. El presidente deseaba haber tenido otro doble de Stoli oro.
“¿Recuerdas cuando Roque se cayó por la borda? Tonto. ¿Y cuando desembarcamos? ¡Un maldito pantano! Y tú vomitando, incluso mucho después de que hubiéramos desembarcado. Y el Che hiriéndose el mismo. Bastardo, se disparó por accidente. ¡Ah, qué años aquellos! ¿Eh?”
“Sí, todas las revoluciones exitosas comparten dos características fundamentales: a) Comienzan con pasión juvenil, y b) Se adaptan. Los soviéticos trataron de adaptarse demasiado tarde en el juego. Los chinos y vietnamitas, sin embargo, lo cronometraron muy bien”.
Su hermano saltó de la silla, mientras hacia una mueca, con algunas deterioradas vértebras o articulaciones protestando el veloz movimiento. Señaló con el dedo índice hacia el cielo con su estilo característico. “¿Cambio? Sí. ¿Traición? ¡No!”
La migraña estaba llegando a siete en la escala Richter. Se frotó las sienes y esperó a que su hermano se sentara de nuevo en la silla. “Tenemos otro problema, hermano”.
El barbudo levantó una ceja.
“Soy el presidente por más de seis años, sin embargo, se están tomando decisiones sin contar conmigo”.
Su hermano no hizo ningún comentario.