¡La Habana Me Acusa! Algo Bueno Debo Estar Haciendo
(The following is a Spanish translation of my August 25 blog post, Denounced by Havana! I Must Be Doing Something Right. It was disseminated by the Latin News Agency the same same day.)
Ya sea como diplomático o como escritor, no me siento totalmente exitoso en mi trabajo si no me acusan los regímenes opresivos y sus órganos de propaganda. Bueno, ha sucedido otra vez. Ayer, "El Heraldo Cubano," me denunció como "un ex oficial de inteligencia yanqui" que ayudó a llevar a cabo “acciones subversivas contra el gobierno cubano." El Nuevo Herald de Miami describe El Heraldo Cubano como "un blog oficialista de Cuba”, y un intelectual y ex preso político cubano que actualmente reside en los Estados Unidos me comunicó que el blog es un brazo de la inteligencia cubana.
La diatriba de El Heraldo Cubano es en reacción a mi último thriller político, Havana Queen, que al parecer ha atraído la atención tanto de intelectuales cubanos como del gobierno. He recibido desde Cuba mensajes electrónicos respecto a mi libro. Hasta el momento, no tengo ninguna indicación de que copias de Havana Queen, digitales o impresas, estén circulando dentro de Cuba. Mi novela plantea un escenario del colapso del régimen de Castro. Me baso en mi servicio en Cuba, así como en una extensa investigación.
De todos modos, a continuación cito aspectos más destacados de la denuncia:
“Con toda esa información Bruno se decidió a novelar sus vivencias en una especie de thriller, bajo el sugestivo título de Havana Queen, donde tergiversa situaciones internas e inventa otras, con vistas a que le fueran aprobadas por el Departamento de Estado en la revisión previa que le hicieran como medida de seguridad, para impedir filtrara informaciones que pusieran en evidencia el trabajo de espionaje de las Agencias Federales de Inteligencia norteamericanas y en particular la Agencia de Inteligencia para la Defensa.
Sin proponérselo, James Bruno confirma en Havana Queen lo que Cuba ha denunciado reiteradamente, que Estados Unidos emplea su misión diplomática en la Habana como cuartel general para el espionaje humano y tecnológico, a la vez que selecciona, entrena y financia a elementos contrarrevolucionarios para la ejecución de acciones subversivas en contra del Gobierno cubano.
Si algún día esa obsoleta política es sustituida por una que reconozca el derecho de los cubanos a escoger el sistema político y social que desean, permitiéndole a los norteamericanos visitar libremente a la Isla, y en Estados Unidos detectasen la ausencia de Bruno, recuerden su profecía: “Si me pierdo, que me busquen… en Cuba.”
Bueno, ¿qué puedo decir? En primer lugar, agradecer a El Heraldo Cubano por contribuir a extender mi notoriedad como autor. Los escritores anhelamos atraer la atención y, mientras más controvertida, mejor. La historia ha demostrado que las condenas oficiales han logrado maravillas de ventas de libros para los autores. Boris Pasternak me viene a la mente. Aunque de ninguna manera a su altura, puedo utilizar literariamente cualquier arbitrariedad o violación de los derechos humanos de los cuales tenga conocimiento.
Le diré una cosa, Heraldo Cubano: si necesitan más subterfugios para su propaganda anti-Bruno, envíenme un mensaje electrónico. Con sumo agrado les enviare más mugre para que lo usen contra mí.
Pero... No puedo considerarme un verdadero y exitoso escritor de suspensos y una víctima deopresión, a menos que llegue a las Grandes Ligas. Me encantaría, de veras que me encantaría, serdenunciada por la cúpula de la gran maquinaria propagandística de Castro: el órgano oficial del Partido Comunista cubano, Granma. ¡Eh, Heraldo Cubano! ¿Qué les parece si me insultan con malas palabras?